Cambié mi iPod por un Walkman
Cuando el reproductor de casetes Walkman de Sony fue lanzado, hace 30 años, empezó una revolución en la música portátil. Pero, ¿se puede comparar con los reproductores digitales de hoy en día? La BBC invitó al joven Scott Campbell, de 13 años, a que cambiara de aparatos por una semana y diera su opinión.
"Mi padre me había dicho que el Walkman era el iPod de sus días.
Me explicó que era grande, pero no me imaginé que fuera "tan" grande. Tenía el tamaño de un libro pequeño.
Cuando lo vi por primera vez, su color también me impactó. Hoy en día los aparatos vienen en una gama de colores, pero este solo tenía un tono gris opaco.
Así que, por su aspecto estético, no es el más placentero de los reproductores de música.
Desde el punto de vista práctico, el Walkman es un tanto incómodo, y ciertamente no es de tamaño de bolsillo, a no ser que uno tenga bolsillos muy grandes. Trae una correa práctica atornillada al lomo para pasar por el cinturón, pero la unidad es tan pesada que le podría bajar a uno los pantalones.
Cuando llevé el aparato por la calle o yendo a los tiendas, recibí miradas extrañas de la gente, una mezcla de sorpresa y curiosidad. Mis amigos en la escuela nunca se imaginaron a sus padres usando esta monstruosa caja, aunque estuvieron interesados en saber cómo funcionaba.
Me tomó tres días darme cuenta de que la cinta tenía dos lados. Ese no fue el único error que cometí; confundí el botón de "metal/normal" del Walkman con un ecualizador para diferentes géneros de música, pero luego me percaté de que era para usar según el tipo de casete.
Otra característica del iPod con la que no cuenta el Walkman es el "shuffle" o la búsqueda rápida, con la que se seleccionan canciones al azar. Logré, sin embargo, generar mi propia versión improvisada apretando el botón de "rebobinar" y soltándolo de manera aleatoria. Efectivo, aunque un poco engorroso.
Le conté a mi papá mi gran idea, pero su advertencia al respecto resaltó la diferencia entre los reproductores portátiles de hoy, que no tienen piezas móviles, y los de antaño, con todas sus partes mecánicas. "Los Walkman devoran cintas", me dijo, así que mi "shuffle" improvisado hubiera malogrado mi cinta preferida, dejándome sin música por el resto del día.
Durante toda la semana que usé el Walkman me di cuenta de lo poco que sabía de la tecnología del pasado. Cometí una serie de errores inocentes, pero también aprendí mucho de lo que es el abuelo del reproductor MP3.
Se puede uno imaginar la emoción cuando el Walkman salió al mercado hace 30 años, teniendo en cuenta que era la pieza de tecnología más nueva en esa época.
Es posible que este tipo de anticipación y emoción se haya perdido en la presente avalancha de nuevos productos que nos llegan constantemente.
Personalmente, me agrada vivir en la era digital, con más opciones, más funciones y aparatos más pequeños. Me alivia saber que la mayoría de los adelantos tecnológicos sucedieron antes de que yo naciera, pues no me puedo imaginar usando equipo tan básico todos los días.
Ahora, para los lectores curiosos en tecnología, hago una comparación entre el reproductor de casete portátil y su sucesor moderno. Encontré varias desventajas y una ventaja a esta anticuada pieza tecnológica.
Sonido
La función es lo que más importa. Para reproducir la música se apriete un botón grande. El aparato entra en operación haciendo un gran ruido, al contrario que el iPod, que se activa con sólo la yema del dedo.
Cuando reproduce, es evidente que la música suena muy diferente a un MP3, principalmente por el siseo de la cinta y la distorsión ocasional del Walkman.
La distorsión probablemente se debe a la pobre vida de la batería; queda completamente muerta dentro de las tres primeras horas de echar el aparato a andar.
Conveniencia
Con la cantidad de reproductores MP3 disponibles en el mercado hoy, cada uno ofreciendo más grandes y mejores características que el anterior, es difícil imaginar la perspectiva de comprar y usar un aparatoso toca casete en lugar de un dispositivo digital.
Más aún, había tantos botones sobresaliendo del los lados y el lomo del aparato, como los de "rebobinar" y "adelantar" (¿se acuerdan de esos?), que lo hace más abultado.
Además, la necesidad de tener que cambiar de cintas es muy molesta. Las cintas que tenía sólo contenían unas 12 pistas cada una, una fracción de la capacidad del iPod más pequeño.
Walkman 1 - Mp3 0
Sin embargo, no todo es favorable al iPod. El Walkman en realidad tiene dos salidas para audífonos, rotuladas "A" y "B", lo que significa que la poca música con la que cuento, la puedo compartir con amigos. Para conectar dos audífonos a un iPod hay que comprar un adaptador especial.
Otra característica útil es la entrada para un cable de energía eléctrica que permite conectar el Walkman una toma en la pared cuando se está de viaje. Pero, dada la pobre vida de la batería, me parece que se trata más de una necesidad que de una función adicional".
Atención jóvenes: Scott explica los elementos del walkman
1. Botones voluminosos2. Opción "metal" (es para el tipo de casete, no para música de rock pesado)3. Luz de la batería (casi siempre titilando cuando está a punto de morir)4. Doble entrada para audífonos (el iPod no las tiene)5. Compuerta que expulsa el casete -¡cuidado con los ojos!
lunes, 6 de julio de 2009
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